jueves, 31 de agosto de 2017

La Coleccionista de Huesos

Me encuentro en un sótano, sola. Es una habitación de pisos de madera desvencijada  y regular tamaño, sin ventanas ni ventilación. Se siente mucho calor. El silencio lo inunda todo. Me ilumina la luz mortecina de un único foco que cuelga de un alambre justo en medio del techo. Todo el ambiente huele a inmundicia y a soledad. 
Estoy sentada en un sofá de dos cuerpos, mullido, suave, de esos que inducen al sueño a cualquier hora. Al frente veo mi reflejo en la pantalla de una tele de última generación. Estoy quieta, entumecida de humedad y desamparo. 
Llevo puestos unos pantalones cortos y mis piernas están apoyadas sobre la vieja mesa de centro. A lo lejos, alcanzo a ver mis pies y las uñas pintadas de negro o rojo sangre, difícil saberlo con exactitud.
Juego a unir los lunares de mis piernas con líneas imaginarias, creando figuras.
Mientras estoy delineando una cometa, algo me distrae. El tapiz del sillón. Es un trabajo de patchwork impecable, cosido magistralmente a mano. Cada cuadrado de la misma exacta medida. Cuadrados perfectos de piel humana tatuada. Una obra de arte. 
Entre dragones, cruces celtas y letras chinas, reconozco los míos. Un sapito con corona que saca la lengua sobre mi tobillo derecho, una enredadera de flores que adorna mi muñeca derecha y la frase que llevo en mi antebrazo izquierdo: Noli me tangere.
Paso mis dedos sobre ellos. Están aún tibios. 
No siento miedo ni horror, como podría esperarse. Por el contrario, me invade una sensación de gozo, de dicha, de objetivo alcanzado. Sonrío y me dejo estar. Escucho el timbre a lo lejos. No. Es el despertador. Me cuesta abrir los ojos. Me toma varios segundos entender dónde estoy, en qué hotel, en qué ciudad. ¿Qué maldita hora es?
El sueño fue una clara señal. Una delicada advertencia. Siempre viviendo al borde de las delgadas líneas, esta vez  mi mente las había cruzado todas y me hacía adiós desde la otra orilla. Había ido demasiado lejos. 

¿Qué empezaron a juntar con entusiasmo aquellos loquillos antes de terminar su carrera coleccionadora en un sótano, viendo tele cómodamente,  en un sillón tapizado con piel humana tatuada?
¿Qué valiosos objetos de colección dieron inicio a su aventura recolectora?
La respuesta se cae de madura. Previo a ser ingresados al siquiátrico, los loquillos reunieron cantidades colosales de... cualquier huevada. Tapitas de gaseosas por nombrar alguna. 
Inofensivas y coloridas,  las tapitas estaban esperando por mí mucho antes de que yo me fijara en ellas y empezara  mi descenso  al sótano de las mentes perturbadas y acumuladoras.
“Todo comienzo tiene su encanto” decía Goethe. Es cierto. Hasta lo más escalofriante  tiene un inicio hermoso, como un picnic en el parque durante la primavera.
El encanto del comienzo estaba cantado. A la excitación de juntar media tonelada de tapitas para cambiarlas por una silla de ruedas, se le sumaba el granito de arena para borrar la huella de carbono que amenaza al mundo y a los descuidados terrícolas.
Mi éxito estaba asegurado. De profesión aeromoza avispada mientras tuviera chamba, tendría una mina de tapitas para explotar, miles de tapitas. 90 horas al mes de minería. Así pues, puse en marcha mi plan maestro recolector. 
La estrategia era simple: comandar a mi ejército con liderazgo y mano firme hacia el cumplimiento del objetivo trazado.
Al inicio de cada vuelo la orden era clara y precisa. Ninguna tapita debía ser descartada bajo amenaza de desatar la ira y/o el instinto homicida de su General. Pobre de aquel desgraciado que perdiera alguna. Contaba las botellas abiertas y el número de tapitas debía  coincidir. Si se me escapaba alguna, me zambullía en el carrito basurero. Esquivaba restos de lechugas, pollo con pellejo y demás porquerías hasta encontrarla y ponerla en mi bolsita recolectora.
Me aproximaba hacia el objetivo lento, pero  seguro. Cada vuelo terminaba con mi bolsita recolectora llena. Aunque desconocía que la caja de Pandora había sido abierta y que se había desatado una obsesión compulsiva que avanzaba dentro de mí a velocidad de incendio forestal.
Pronto, el avance en la recolección me pareció insuficiente. 
Al ritmo que marchaba,  tendría que trabajar hasta los 125 años para reunir la media tonelada de tapitas que se necesitaban para cambiarlas por una silla de ruedas e incuestionablemente fracasaría. 
¿Qué hacer? ¿Cómo conseguir más tapitas? 
Fue entonces cuando se me ocurrió la más genial de todas las eco ideas concebidas jamás por una eco aeromoza avispada.
Abriría todas las gaseosas del avión, botaría el líquido y guardaría las tapitas. ¡Puta madre, que maestra soy! La OMS me levantaría una estatua. Todas las mañanas, frente al espejo, ensayaba mi emocionado discurso de aceptación del Nobel de reciclaje ante la Academia Sueca.
Tenía el plan, el truco estaba en ejecutarlo sin ser descubierta. Debía trabajar como los francotiradores: sola y sigilosamente. A escondidas de mis compañeros y pasajeros para evitar ponerme en la mira del chismoso lame botas siempre dispuesto a ganarse unos puntos extra con la gerencia a costa de cagar a quien sea. 
Tenía contados minutos para abrir las botellas, verter el líquido en una hielera, entrar al baño, tirar todo al váter y salir sin despeinarme. 
No me importaba nada, en mi delirio yo le estaba haciendo un bien a la humanidad. Juntaba las tapitas y desechaba las dañinas bebidas carbonatadas. Todos ganábamos. El mundo verde ganaba. Esa sería también mi defensa en caso fuera atrapada y llamada a explicar ante un tribunal empresarial por qué en los vuelos donde yo iba de encargada no quedaba ni una puta botella de gaseosa. Ese discurso también lo tenía preparado y ensayado. Cara de poema y lágrima incluida. Todos los flancos estaban cubiertos. Así las cosas, eché a andar la maquinaria sin descanso y con prisa.
Treinta días bastaron para crear un monstruo coleccionista.
La mañana siguiente a la presentación de dicho monstruo en sueños, di por culminado el proyecto recolector para salvar al mundo y la puta que los parió a todos.
No lo dejé por falta de ganas o compromiso con la causa. Ni por cansancio, tampoco fui atrapada o descubierta. Nada de eso. 
Si lo dejé fue muy a mi pesar y porque estoy convencida de que nada en la vida se sintió más rico que estar sentada en el sillón de los tatuajes




lunes, 30 de mayo de 2016

Seulement pour les connaisseurs


El domingo pasado, camino a casa de papá, un cartel publicitario captó mi atención. Segundos después, lo que leí provocó que me pase de vueltas olímpicas. El cartel en mención está a la vista de todos desde la ladera del cerro Centinela en Surco. Es de talla extra grande y la foto de un departamento con vista a un inmenso parque indica que intentan venderte un proyecto inmobiliario. Nada nuevo u original. Lo que echó a andar mi tiovivo mental fue la frase en el extremo superior izquierdo del anuncio. "Seulement pour les connaisseurs." ¿Pardon? En un principio no entendí. Quizá pasaba por alto algún detalle del anuncio. Pensé, "¿Estos cojudos están vendiendo departamentos en París o qué?"  No. No pasaba nada por alto. Era simple y llanamente la huachafería limeña en todo su glorioso esplendor. ¡C'estmagnifique!

Infinium es la empresa a cargo del proyecto; evidentemente está siendo gerenciada con los pies de algún despistado. Sus administradores necesitan con carácter de urgencia un curso de realidad local. Y como yo soy una buena chica, solidaria y generosa, les he preparado de manera desinteresada y gratuita este pequeño análisis de la ciudad y sus distinguidos habitantes. Quizá decidan,después de leerlo, replantearse sus estrategias de mercadeo o despedir al tipo responsable por ellas. Porque evidentemente no les está haciendo ningún favor.

Estimados señores de Infinium ¿los connaisseurs que han elegido como público objetivo para su proyecto estarán conscientes de que su très chic y très cher edificio será construido en Lima? ¡En Lima! No en París, la ville lumière. Probablemente la ciudad más hermosa del mundo. La ciudad de los paseos por el Sena. La Place de Vosges y las Tullerías.  No, no. Nada de eso. Escuchen de nuevo: en Lima. La horrible, la gris, la más triste. La tres veces coronada villa miseria. En donde reinan personajes como Mayimbú, el zorro Zupe o Fredy Otárola. 

En Lima, una ciudad peleada a muerte con la estética, el urbanismo y la más elemental de las higienes, ustedes se proponen vender departamentos con piscina temperada, parques para los peques y gimnasio equipado, entre otras modernas comodidades. Y lo quieren hacer anunciando nada menos que en francés. ¿Será, acaso, que les parece muy cholo hacer el mismo anuncio en español? ¿Intuyen que si hablan otro idioma ahuyentarán al rey del olluco?  ¿Al futbolista adepto a las mujeres y a la juerga? ¿A la exvedette y estrella de la tele ahora convertida en mujer de negocios millonarios? Buena suerte con eso. La van a necesitar. Porque en esta ciudad, que les quede claro, plata es plata. Y se recibe de quién venga. Hable el idioma que hable. Más aún cuando las ventas estén flojas y su muy francesa dignidad pase a ser la de una puta hambreada. 

En Lima, una capital donde el 90% de sus habitantes no entiende lo que lee en su idioma natal, ustedes quieren anunciar y vender en francés. En una ciudad donde sus habitantes no pueden ni deducir el lenguaje universal de las señas o símbolos, ustedes quieren anunciar y vender en francés. 
El limeño promedio no descifra que la luz roja de un semáforo significa que debes parar y desconoce que para poder subir a un ascensor o al metro primero tienen que bajar los que están adentro. Tampoco entiende que los puentes no son para proveerle sombra mientras cruza por debajo de ellos, como torpe suicida, las carreteras infestadas de carros a toda velocidad. El nivel cultural de sus potenciales clientes, sin que importe cuántas monedas tengan debajo del colchón, es de inframundo. Su connaisseur puede tener créditos hipotecarios preaprobados en todos los bancos; sin embargo, eso no garantiza que no utilice la vía pública como urinario. O que le caiga a golpes a un policía de tránsito por igualado. El limeño promedio es un salvaje inculto y prepotente. Pero ustedes insisten en anunciar y vender en francés. 

Me pregunto si ustedes sabrán que sus connaisseurs vivirán en una ciudad en la que puedes ser testigo de cómo una cáscara de plátano sale volando por la elegante ventana de un Audi. Porque las distinguidas señoras que los conducen prefieren ensuciar la ciudad donde viven antes que ensuciar su auto. ¿Saben también que pueden ver a esa misma elegante señora al volante del mismo Audi estacionando en el lugar reservado para las personas con discapacidad con toda la concha que Dios le dio? Y, ¿por qué? Porque "está apurada, pues". Porque en esta ciudad, por si no lo sabes, mon petit lapin, estar apurado te da la venia para cagarte en los derechos de los demás. Bonne chance avec le françaismonsieur huevoné.

Sus eventuales compradores francoparlantes, ¿estarán al tanto de que habitarán en una urbe tugurizada, sucia y maloliente? ¿Sabrán que la verde vista que prometen se verá empañada por el smog? Cortesía de combis asesinas, buses con timón cambiado, mototaxis y camiones de carga que pasean cual carruajes reales por la ciudad de los reyes, envenenando con monóxido de carbono a sus casi 10 millones de almas. Supongo que no encontraron traducción para eso. 

¿Creen ustedes que el filtro idiomático que se han propuesto espante también a nuestros honorables padres de la patria? Nuestros nunca bien ponderados congresistas de la República. Espero que sus clientes nunca tengan la desdicha de bañarse en la piscina temperada o compartir al entrenador del gimnasio con impresentables como Celia Anicama, la robacable. José Anaya, el comepollo. Néstor Valqui, el proxeneta. Rocío González, la robaluz. Miró Ruiz, el mataperros. O el hijo de puta de la peor estofa, Edgar Núñez, quién pretendió retirarle la paternidad a su niña aduciendo que no se le parecía porque era gordita.
El Perú es Lima, Lima es el congreso y el congreso somos todos. C'est la vie.

Un último detalle. ¿A quién tienen pensado contratar para resguardar su Versalles moderno, limeño y mazamorrero? ¿A Napoleón y su ejército? No lo tomen a mal, pero les pregunto por si se les escapó la tortuga coja y olvidaron que Lima, su petite fille, está siendo aplastada por una ola gigante de delincuentes comunes y organizados. ¿Quién protegerá a sus connaisseurs de los nuevos hijos de la capital? Los marcas, los sicarios, los pandilleros, los narcos, los asaltantes, los estafadores, los violadores y siguen firmas. ¿La policía? Lo dudo. Están siempre ocupados organizando secuestros, sembrando evidencia o torturando hasta asesinar en sus calabozos inmundos. 

Infinium propone: "Disfruta poder ver toda la ciudad, sin estar en ella, a cualquier hora del día." Es una triste contradicción que para vender una vivienda en Lima se tenga que recurrir a un idioma que no se usa y prometer que estarás lo más lejos posible de ella. 
Tal vez si viviéramos en ella y nos comprometiéramos con ella, podríamos disfrutar estando en ella. 



martes, 26 de mayo de 2015

Los mil y un roches de Magaly



En la historia de Las mil y una noches, el sultán Shahriar, loquito de despecho y herido en su orgullo de macho persa que se respeta, se casaba cada noche con una muchacha virgen a quien decapitaba a la mañana siguiente de la luna de miel por si las cochinas moscas volaban y a la consorte se le ocurría engañarlo como hizo la primera mujer que tuvo.

En el difícil y dudoso caso de que Magaly Medina hubiese sido elegida por Shahriar para desposarla, la periodista habría perdido la cabeza después de este único polvo, más por burra que por fea.

El sábado pasado vi la penosa y lamentable entrevista de Magaly con el actor turco Halit Ergenc, conocido por estos lares como Onur, el hijoeputa millonario que ofreció a la dulce Sherezade 75 millones de liras turcas a cambio de un choque y fuga en la telenovela Las mil y una noches, que medio Perú, incluido este pechito, sigue con interés todos los días.

Magaly, una pequeña diosa en el medio repleto de Millets, Jean Pauls, Meros Loco, Doritas y Genis Alves, probablemente cree que le ha ganado a todos y dejó de hacer su tarea. Llena de soberbia, estimó que no era necesario hacer una investigación previa al trabajo asignado, leer sobre el lugar que visitaría, o conocer a la persona a quien iba a entrevistar. Pensó que era suficiente con retocarse las raíces, una manicure express, depilarse el bigote y listo. Ella ya estaba preparada para conversar con el actor turco. El resultado, como era de esperarse, fue vergonzoso.

Empecemos con lo básico. Magaly no habla inglés. El nivel de inglés que ostenta es peor que el del pata de Open English: “Coman mamey”. No hay excusas para eso. No puedes trabajar años en televisión, ganar un culo de dinero, tener todos los medios a tu disposición y ostentar (según sus palabras) el privilegio de viajar a Estambul, para preguntarle al actor turco: “do you like?”  (para saber si le gusta el pisco que está tomando). O decirle “this a small gift for yur(your) son”, mientras le entrega una chompita. No me jodas. Eso pasa cuando estás ocupada cambiándote la cara en un quirófano en lugar de preocuparte por ser mejor. Digno ejemplo de superación personal.

La edición es tan mala como la entrevista misma, pero intentaré ir paso a paso.

En un primer momento, Magaly le pregunta quién impone la disciplina en casa y Ergenc, muy tranquilo, le responde que es él. Él impone la disciplina en el hogar Ergenc-Korel. Ella se ríe con la bocota abierta y esa risa que imposta más falsa que cariñito de puta o moneda de tres nuevos soles. “No te creo”. Le dice. Y él, al escuchar al traductor, pregunta asombrado e inclusive mortificado diría yo. “¿No me cree?” ¡Es un turco musulmán! ¿Quién te imaginas que manda en esas casas? Burra de mierda.

Luego, le pide que recuerde alguna anécdota o momento de la novela que guarde en su memoria de manera especial. El actor cuenta que rió mucho cuando su personaje Onur le compra a Sherezade una mansión a orillas del Bósforo por 100 millones de dólares y la bella y engreidísima novia le manifiesta que debió consultarle primero antes de proceder con la compra. Ergenc sonríe al recordar esa reacción pero seguramente quiere pegarse un tiro cuando escucha la de Magaly: ríe y dice “yo no hubiera dicho lo mismo ja, ja, ja.” ¡Es una telenovela, pedazo de pelotuda! ¿Quién carajos crees que te va a comprar un palacete otomano a orillas del Bósforo de 100 millones de dólares? ¿El notario? ¿Ney Guerrero?

A continuación, la Medina dicta una cátedra de bienes raíces. ¿Existen casas de esos precios? pregunta. El actor le comenta impasible que en tiempos de la telenovela allá por el 2009 las casas a orillas del Bósforo costaban 100 millones de dólares. pero que en la actualidad los precios podrían estar entre los 200 y 250 millones de dólares.” ¡Wow! ¡Más que en Beverly Hills! “ Y otra vez “¡wow!”. Magaly demuestra que no es más que una nueva rica prejuiciosa cuyo único referente de barrio rico es Beverly Hills. No tiene la más reputa idea de lo que puede costar el metro cuadrado en ciudades como Tokio, Londres o Tel Aviv. Sólo en esta putrefacta y mal oliente ciudad Bragagnini se da el lujo de cobrar 5,000 dólares por metro cuadrado. Su conocimiento del sector inmobiliario se reduce a dos wows. Mágico.

En seguida, Magaly le pregunta “¿Sabe algo de Perú?” A ver… Al tipo lo han contactado, han organizado y coordinado una entrevista para la televisora de (oigan bien) PERÚ que emite la telenovela que protagonizó años atrás y ¿crees que va a ser tan huevón de contestar, que no sabe nada de Perú? Así nunca en su perra vida haya escuchado nombrar a Perú estoy segura de que a él no le faltaría la inteligencia para hacer la tarea y googlear Perú. Don Onur sorprendió diciendo que sí había escuchado de Perú, inclusive la hermana de su esposa había vivido en Lima y él, súper polite, dijo que amaría visitar Perú.

Un zorro viejo bien entrenado en el oficio habría terminado con el tema allí mismo, pero eso es mucho pedir para alguien cuyo entrenamiento diario consiste en entrevistar a Guty Carrera y ver, como dice mi sobrina de 4 años, las noticias de Peluchín. Que si nos dejamos de huevadas no difieren mucho de las que leen Mónica Delta y Eduardo Guzmán por las noches. En fin, no pudo resistir preguntarle por la comida peruana y el ceviche. Ok. Vaya y pase. Una vez más la puta gastronomía y todo el cuento Gastón Acurio. Pero lo que hizo con el pisco se pasó de castaño oscuro.

Durante la entrevista se aparece un asistente de producción con una botella y Magaly le cuenta al actor que está a punto de probar el pisco peruano, “un licor hecho de uva”, “el licor nacional del país que se está importando”, “la versión peruana del tequila mexicano”. Mátenme. Que un cocodrilo me devore las orejas.  ¿De dónde lo estamos importando? ¿De Chile? ¿Es el licor nacional del país? Magaly “cero en semántica” Medina. ¿Y la analogía con el tequila? Lo único que se me ocurre que pueda ser comparable es que ambos licores te emborrachan y te dan una resaca tan fea que te hace desear la muerte a martillazos. Do you like? Y más risas ja,ja,ja.

En otro momento de la entrevista Magaly mete su nariz en otro tema del que sólo conoce la canción del taxi y el ras tas tas. Halit Ergenc también es un buen cantante y ella indaga sobre sus gustos musicales. Él le habla de jazz, ópera, algo de pop y que nombraría a Duft Punk y a Bjork como sus favoritos. Magaly enmudece. Cri cri cri. Ríe (otra vez) ja,ja,ja. Cero comentarios. Si los hizo, se los editaron porque ella cambia de tema más rápido que inmediatamente y habla de los paparazzis y el acoso de la prensa.

El turco argumenta con sabiduría y sale recontra bien parado con una respuesta sobre el equilibrio y el balance muy articulada indicando que su relación con la prensa es muy buena y de respeto mutuo. Punto para Onur que no le da de comer.

Al final, ¡llegó la hora de los regalitos! La pashmina de baby alpaca para Sherezade, la chompita para el chibolo y un par de chullos para el galán de ojos azules. “Estos se llaman chullos en el idioma quechua de nuestros ancestros.” ¿Vieron al cocodrilo? Que venga por favor. Le faltó la otra oreja.    Borriquilla, para tu conocimiento general el quechua junto con el aymara y el castellano son las lenguas oficiales del Perú. Y el quechua es hablado por más del 10% de la población en la actualidad. En primaria enseñan eso. Por si acaso.

El actor turco parece un hombre cortés, serio y prudente.  Escucha al traductor y se toma el tiempo para pensar antes de responder las estupideces que le pregunta la peruana y a pesar de eso demuestra su profesionalismo y paciencia ante semejante numerito.

No soy vidente, tampoco sé leer la mente, pero apostaría mi dinero a que el buen don Onur estuvo aliviado de haber terminado con la entrevista y pensar: “por eso las encerramos, les tapamos la cara  y les damos duro carajo para que aprendan a no abrir el hocico para decir sandeces.”

Cuando no haces la tarea, cuando sólo lees el Trome y la Cosmo, cuando tu soberbia te hace creer que le has ganado a todos, que no tienes nada más que aprender, cuando en lugar de cultivarte , de comprar libros, prefieres gastar tu dinero en implantes y vestidos, sales al mundo y te dan en la más fea de las madres develando tu miserable nivel cultural, profesional y personal. Do you like?

domingo, 14 de septiembre de 2014

The Biggest Loser


Ser gorda es una maldición. Y no una maldición cualquiera o de mala muerte, que podría ser fácilmente neutralizada con los escupitajos mugrientos de un chamán norteño. No. La maldición de la gordura es de aquellas que se arrastran por generaciones, como la de los Grimaldi, la nobleza mas cool y ociosa de Europa, o los Kennedy, herederos de Jackie O. y Camelot.
Una gorda embrujada vidas atrás ya lo intentó todo o casi todo para deshacerse de los indeseados y nada atractivos kilos demás que algún antepasado le endilgó inmerecidamente. Cada lunes empieza una nueva dieta, método o ejercicio. O una triste e inútil combinación de los mismos.

Ya hizo rico a Jorge Hané comprando ilusionada Reduce Fat Fast. Sufrió en carne propia el dolor de panza causado por Yotor el adelgazador. Se cagó de frio colocándose las vendas de criogenia. Se asqueó con la dieta de la sopa. Probó toditos los remedios caseros y trucos de la abuela. Se le deformaron los nudillos de tanto vomitar hamburguesas y se desmayó en incontables ocasiones al intentar mantenerse con vida ingiriendo, como la Moss, una aceituna al día.

Hay gordas, que presas de la desesperación se someterían, inclusive, a alguna de las radicales cirugías que se ofrecen en el menú antigordos de las clínicas y consultorios privados. 
¿Será La banda? ¿La manga? ¿El bypass? ¿El balón? Medirán su IMC y dependiendo de la cantidad de gerber que quieran comer por el resto de sus vidas y del crédito disponible en sus tarjetas, tomarán la decisión con la ayuda de su muy interesado y mercantilista gastroenterólogo.
Hasta la más inteligente y preparada de las gordas cree ingenuamente en cualquier huevada que le prometa una figura delgada y porte atlético pero sobre todo permanente. Con esa fe ciega y digna de un apóstol la gorda se las cree todas. La gorda le cree inclusive a la flaca que hasta hace seis meses no era otra cosa que una marrana de mierda que se comía cuanta porquería le pusieran en frente y que hoy con algunos kilos menos, se las da de evangelista de la vida sana y el ejercicio. Vendedora de las ventajas del brócoli sancochado y enemiga declarada de las grasas trans. A ver cuánto te dura expuerca. Pero eso se acabo. C'est fini.
Hoy gordita, te voy a revelar el secreto mejor guardado, el más custodiado, el santo grial de las dietas, el arca de la alianza del adelgazamiento. Todo for free. ¡Si! Así como lo escuchas, no down payments, no credit cards, ninguna trampa, ningún artilugio, ninguna artimaña. Un método probado, comprobado e infalible. La pura purita. Aquí lo tienes.
El primer paso, gordita, es fácil e indoloro: tienes que volverte loca de amor. Enamorarte como quinceañera del hombre más maravilloso que haya visto la tierra jamás. Tienes que sentir que tu vida empezó al conocerlo y que es tu alma gemela enviada por los dioses del olimpo para hacerte feliz. Tu complemento. El merengue en tu suspiro de limeña. Debes sentir que andas diez centímetros por encima del piso, que levitas. Animarte a sonreír porque sí y parecer una demente a la vista de los otros. Tienes que sentir que todo en el universo los conecta y que una magia extraña los ha unido y que no habrá fuerza de la naturaleza capaz de separarlos. Enajenada deberás creer que el destino les depara una montaña rusa de emociones extremas y hermosas jamás sentidas, deberás compartir madrugadas con risas y besos, besos y más risas. Recibirás ramos de rosas por nada, porque eres churra, su churra.
Te cantará la más linda de las milongas y para coronar la fantasía te dirá que irán a París. La ciudad de la luz y del amor. El más bello y romántico de los escenarios. Tu historia no podrá ser mejor. Saldrás corriendo a comprar el candado que sellará tu amor por el resto de la vida y lo cerrarás en el pont des Arts. La llave, como dicta la tradición, será lanzada al río y abrazada a él sentirás que todo es posible.
Para ese momento, gordis, ya habrás dejado de dormir y eventualmente de comer tus habituales bocadillos. Desertarás de las llamaditas nocturnas a Bembo's y Papa John's. Te olvidarás de las cucharadas soperas de Nutella y de los malignos carbohidratos que cambiarás por frutas, verduras y huevitos duros. ¿Quién quiere ser la cerdita que come baguette con roquefort a orillas del Sena al lado de su amado? ¿Qué novia se ve como un floating angel cuando camina por la nave central de la catedral si pesa 200 kilos?
En esta primera etapa la reducción está asegurada, la felicidad adelgaza, soñar adelgaza, reír adelgaza, todo lo que te diga tu Romeo adelgaza. Dejarás llevarte por el amor y la pasión y empezarás a comprar jeans más pequeños.
El segundo paso es el más duro, pero es el que te conducirá lenta e inexorablemente a pesar los kilos que pesabas cuando estuviste en tercer grado de primaria y te convertirá en el fideo sifilítico que siempre soñaste ser.
Un día cualquiera tu media naranja tocará a tu puerta y le abrirás como siempre. O así lo crees tú. Pero lo primero que notarás es la ausencia de ternura en su mirada, tu Romeo es ahora solo un depredador desconocido. No importa si tus células adiposas (seguramente instaladas en tu cerebro también)  han mermado tu capacidad perceptiva, ni así podrás dejar de notar la pose de bateador profesional de tu galán, no gordita, allí atrás fuertemente asido entre los puños no traerá rosas o tulipanes, ni geranios robados de la vecina traerá el puta. Lo que estará a punto de regalarte es su golpe de gracia.
Sentirás el pánico apoderándose de tu cuerpo, la sangre se despedirá de tu cara y se instalará en tus piernas, se te secará la boca, se dilatarán tus pupilas, respirarás veloz y profundamente, y tu corazón hará bum bum.
Tu cuerpito pulposo se preparará para lo único digno que le queda por hacer: huir. Pero cuando estés a una milésima de segundo de dar la media vuelta y salir corriendo como si fueras a reclamar herencia escucharás el silbido del aire a través del batazo y acusarás el golpe: certero, seco y demoledor. Te arrancará la cabeza y te contarán que tu amorosa versión de Babe Ruth la lanzó fuera del estadio como en la final de la serie mundial y que nadie la pudo encontrar. A Ruth, por razones obvias, tampoco.
Durante el sprint final la pérdida de peso será exponencial. Entumecida de dolor ingerirás una batería de ansiolíticos que bien podrían poner a dormir a un caballo hiperactivo. Por semanas y meses despertarás a medias una o dos horas al día solo para arrastrarte a tomar tu siguiente dosis. Tu boquita que antaño fuera hocico voraz se sentirá como cocida con aguja e hilo. Tu garganta como una barrera infranqueable. Tu esófago como vaciado con concreto. Y tu estómago como globo con hueco. No te preocupes gordita que como único recuerdo de este súper poderoso sprint solo te quedará una puerta rota y las palabras sabias y premonitorias del bombero que te traerá de vuelta: "todo estará bien, flaquita".

A así gordita, mientras lo pierdes todo, ser flaca pareciera no costar nada.


martes, 4 de febrero de 2014

El fallo de las Ponce


La mañana del lunes 27 de enero (hora local) la Corte Internacional de Justicia de La Haya dictó sentencia sobre el diferendo marítimo entre Perú y Chile, nuestro no siempre amigable vecino del sur. Las ladies Ponce, como parte de la ilustrada clase media peruana, de la reserva intelectual y moral de nuestra patria no podían estar indiferentes y ajenas a este día histórico y se sintieron, como todo el país, con el deber patrio, el derecho, la preparación y la cultura suficientes como para armar una espontánea mesa de analistas en su grupo de whatsapp.
Antes de continuar con el lamentable relato, es preciso aclarar que el grupo de las ladies Ponce está conformado por mi mamá, sus dos hermanas y las nueve hijas que tuvieron entre todas ellas, las cuales comparten ese signo inequívoco de nuestro clan: el nefasto gen de la demencia.
La soleada mañana del pasado lunes 27 nada hacía presagiar que lady Titi, mi hermana, enviando un mensajito desataría la ya casi legendaria locura de las ladies. En el mencionado mensajito mi hermana cuenta que papá le había propuesto a mamá ver el fallo de La Haya por la tele y que mamá, fiel a su estilo, lo había mandado a cagar diciéndole que no iba a entender nada de esa huevada y que la deje en paz. Papá, que no sabe quedarse callado, le había contestado: “pero Leonor, ¿porqué te preocupas? si lo van a transmitir en español”.
La mesa de debate no se veía nada auspiciosa comenzando de tan desinformada manera. Lady Giovanna anunció que no entendía nada del fallo histórico de “Haya de la Torre”, haciendo escarnio de la Schwarz, y lady Adicta indicó que no era justo que sacaran el programa “los días de Susy” del aire para escuchar semejante letanía.
Lady Cayetana quien pronto tendrá un PHD en Historia de América Latina en NYU pregunta desde su cómodo refugio académico en Manhattan “¿cuándo se conocerá el fallo?”, evidenciando lo bien actualizada que anda. “¡Hoy pues!”,  “¡El fallo es hoy!”. Escriben, como si fueran gritos, las ladies furiosas. Pero la lectura de sentencia dura como un día y medio y Raúl Tola nos indica, vía twitter, que después de leerse en inglés se procederá a la lectura en francés por si no queda claro a la primera. Me saco los ojos con cucharita. La PHD wannabe no puede más y manifiesta que la lectura de la sentencia debería empezar con el “Perú Campeón” de los Ases del Perú. O el popular “and the winner is…”. Y luego proceder a leer el mamotreto para los tres tristes tigres que seguirían viendo la tele. Y por primera vez estamos todas de acuerdo.
La confusión se instala casi de inmediato nuevamente en la mesa de debate cuando lady Fernanda, también desde Manhattan acompañando por unos días a su hermana mayor, nos informa que: “¡en twitter dicen que Perú ha ganado!” Lady Cayetana insiste en que no entiende un carajo y yo les copio algunos tweets en donde de manera escandalosa y categórica se muestra cómo nadie entiende un orto del tema.
@JacquesAL72: Por lo que he podido entender, están a punto de darle salida al mar a Bolivia y #alamierdatodos
@reinadecapitada: De los productores de "no sirve de nada aprender la raíz cuadrada" llega "¿para qué leen el documento completo? el fallo de una vez y ya".
@todojavierprado: El anterior traductor murió por inanición.
Lady Cayetana dice “parece que ganamos” porque lee a la jurisconsulta Rosa María Palacios: “@rmapalacios: Perú Gana Triángulo externo por soberanía. Gana 120 millas desde paralelo en equidistancia. Buen Resultado!!!”
Lady Andrea está preocupada de que Humala no entienda el fallo y mande a sus cachacos a la frontera. Yo cito a la Palacios también “@rmapalacios: Chile gana Hito No. 1 y 80 Millas de paralelo. El Perú todo el resto”. Pero mi ignorancia es supina y pregunto ”¿qué es hito 1 y 80 millas?” La lady tía emo dice con tristeza “creo que ganamos un triángulo”. “Un triángulo D’Onofrio” aclara Lady Titi. Y lady tía emo acota que por las gráficas se puede deducir que Perú ganó un poco de agua.
Lady Giovanna, miss del sansil, decreta indignada “ahora a seguir depredando el mar de Grau hasta que no quede nada”. Lady Adicta, pensando siempre de forma positiva, augura un año 2014 estupendo para la pesca de pez bolsa, pez botella y pez mimosa. Y Lady Andrea cree que ahora tendremos más espacio para desagüe.
En pleno debate sobre el uso que le daremos al triángulo ganado lady tía emo anuncia alarmada que debemos salir corriendo a comprar papel higiénico “¡Chile no está de acuerdo!”. Y lady Adicta ve por la tele ¡como los pescadores artesanales de pez mimosa arman la casa de putas en Arica! Lady Cayetana sorprendida replica: “no entiendo, ¿80 millas no es un huevo?” “¿Cayetana tú has ido a NYU a por una lobotomía o me estás jodiendo?”
Lady Adicta envía un gráfico en el que se puede apreciar con claridad meridiana cómo quedan los nuevos límites marítimos según sentencia de tan prestigiosa corte internacional. De paso le aclara a lady Cayetana que, si con ese dibujo no entiende, lo más honesto sería devolver el dinero, el departamento y los certificados falsos del jirón Azángaro que le dieron la beca en NYU.
Lady titi nos interrumpe, “habla Piñera”. “Qué guapo conchesumadre ese tío, está explicando clarito… ¡oh, no! ¡Chile discrepa! ¡Chucha!”
Y el deplorable, pero bien calculado timming, del cachaco peruano nos priva de seguir viendo al guapo presidente chileno y el nuestro empieza a leer lo que le acababa de escribir un ujier con secundaria completa.
Lady Titi en una asombrosa muestra de incultura comenta: “¿el tipo de barba del cuadro a espaldas de Humala es Grau, no?”. Silencio en la sala que el burro va a hablar. “no seas pendeja como va a ser Grau” “¿Quien es? ¿Avelino?”. “¡No sé quien mierda es pero no es Grau!”.
Lady adicta le toma foto a Humala y al retrato del hombre a sus espaldas y la envía rápidamente, “Cayetanaaaaaaa…. ¿quien es el tío del cuadro?”  Lady tía emo cree que puede ser Bolognesi. Lady Fernanda la twitter lover dice que dicen que es Avelino y lady Cayetana lo reconfirma es Andrés Avelino Cáceres, El Brujo de los Andes, el único que, junto a sus tropas andrajosas, hizo retroceder a los chilenos que se habían instalado en el centro del país. “tremenda patilla se reconoce en one”. plop.
“El de la campaña de La Breña para más referencia”. Plop again. La estudiante algo sabía después de todo. No entendemos nada pero ¡que mierda! ¡Viva el Perú Carajo! ¡Hemos ganado! ¿Dónde reclamo mi triángulo D’Onofrio?
Hasta ahí la mesa de debate podría considerarse estándar para los niveles Ponce, sin embargo, lady Alessandra nos demostró que siempre podemos caer más bajo: “propongo una audición temática, canciones patrióticas”. Se pudrió realmente todo esta vez.
Lady Alessandra se autodesigna jueza y que empiecen las audiciones para The Voice versión fallo de La Haya. Todas queremos ser del team Adam, pero el nivel es más bien team Mero Loco.
Lady Titi y lady adicta con sus versiones de la Canción del vóley peruano de José Escajadillo y de Y se llama Perú del gran Zambo Cavero, respectivamente son descalificadas desde el momento de su concepción, heredamos todo el talento vocal de papá, que la única canción que le he escuchado en mi vida cantar es el  Cucurrucucu paloma
Luego viene lady Cayetana la pichidi con una estrofa del himno nacional porque “es la única canción patriótica que sé”. Lady Cayetana la canta como si se acabara de despertar de un largo estado de coma después de haber sufrido un traumatismo encéfalo craneano. Obviamente descalificada.
Intenta nuevamente a dúo con su hermana, lady Fernanda, pero se siente la misma emoción, se nos escarapela nuevamente el cuerpo, rompen las guitarras, se lanzan al público enardecido. Descalificadas. Team “se me pasó la mano con el xanax”.
De pronto aparece en escena lady Leonor, la matriarca, con otra estrofa de Y se llama Perú: es la tierra del inca que el sol ilumina porque Dios lo manda, y es que Dios a la gloria le cambió de nombre y le puso Perú. Y se autoproclama vencedora en vista de las lamentables audiciones anteriores.
La jueza, lady Alessandra lo confirma, por lo pronto va ganando su tía Leo pero aclara que los héroes patrios y mártires deben estar revolcándose en sus tumbas. “no gana la mejor, solo gana”. “Explica el fallo pues, Ale”.
La lady tía emo llora porque no puede mandar su audición o no sabe como hacerlo pues solo tiene iphone para decir ¡Aló! Pero está segura de su victoria, se las ingenia y logra enviarla. Es el Bello Durmiente de Chabuca. Nos caga a todas. Lloramos.
Lady adicta consuela a su madre, la engaña y le dice que fue una final de fotografía, qué sentido tiene decirle que le metieron un gancho de derecha, la mandaron a la lona y le metieron un pollo en la cara estando inconsciente.
Pero nada está dicho, y la batalla esta far from over. Lady tía emo ha sido descalificada porque es un concurso para amateurs y ella canta en coros. Se jo.
Lady Leonor vuelve a ponerse en carrera ante los airados reclamos de su hermana lady tía emo quien aduce que el concurso es “una pendejada”.
Lady Andrea ha estado siguiendo calladita el debate y las audiciones desde sus oficinas en la chilena Sodimac. Ella es la jefa de capacitación y está a punto de entrar en competencia.
La jefa ha coaccionado a 4 de sus empleadas: la jefa de selección, la jefa de desarrollo y dos analistas. A punta de amenazas de despido las hace entrar al baño y entonar Estoy enamorada de mi país de Eva Ayllón. Es a todas luces ¡la ganadora! La canción es una reidera de chicas pero las agallas de cantar en territorio chileno vale la victoria. Palmas. ¡Mi tierra! Se escucha cantar a las analistas chilenas. Para mearse de risa. Lady Titi les aconseja que celebren con piscola, locos con mayonesa y vales de Ripley.
Lady Alessandra, jueza ahora convertida en parte, dice que mandará su audición también y todas las ladies tiemblan y salen corriendo a buscar kleenex. Moqueadera for sure.
Pero la jueza es buena y justa. Le otorga a lady Giovanna los minutos que necesita para arreglar sus problemas con la tecnología y mandar su audición. Creemos que solo cantando con Piñera un vals criollo podría superar la audaz hazaña de Lady Andrea. Lo que llega no es un audio si no un video. ¡A la puta! Lady Giovanna inicia su participación con un explícito: “se cagaron todas” y entona el himno nacional en ¡quechua!
Ladies and gentlemen we have a winner! Lady Cayetana le otorga corona y record deal. Lady Andrea que ya, a estas alturas de la noche está cerrando el kiosco, afirma decidida “mañana las hago cantar en aymará a las chilenas”.
Y para cerrar el festival patrio lady Alessandra que no puede soportar ser la única en quedarse sin cantar y demostrar que es de lejos la mejor de todas nos abruma con la belleza de su voz y canta otra estrofa del Bello Durmiente. Pero aclara que su audición no vale porque ella es la jueza pero quería dejar comprobado y bien claro quién era la mejor.

bello durmiente.mp3



A las 10 de la noche, una vez terminadas todas las audiciones y habiendo hueveado desde las 8 de la mañana,  la suprema Jueza delibera y decide que pasarán a la gran final Lady Giovanna y Lady Leito. Establece las reglas de juego: el puntaje máximo será de 10 puntos, la jueza podrá deliberar con otra jueza de ser necesario, esta vez las canciones deben ser con video de mínimo 20 segundos, se tendrá en cuenta la performance y se puede tener voz de apoyo.
Se cita a las participantes para el martes 28 de enero y se establece como hora tope para enviar su video las 16:00 horas.
La primera en mostrar sus cartas es lady Giovanna acompañada de su gata Roberta sorprendiendo con Carretas aquí es el tono de los Troveros Criollos. Pero Roberta sufre de un ataque de pánico escénico y huye del video llevándose con ella las posibilidades de triunfo.
Lady Leito se hace esperar, las ladies especulan que si sale con los nietos como voces de apoyo al ruedo, lady Giovanna podría estar perdida. Y eso es precisamente lo que hace. Desde el balcón de su habitación acompañada de sus nietos y llevando en brazos cual hijo de su vientre a un arlequín apocalíptico nos deja boquiabiertas a todas con 42 segundos del más surrealista Contigo Perú. Pobre Zambo conschesumadre, se volvería a morir.



La jueza delibera con los productores de Plus TV, su centro de labores, es posible que el video ganador salga en la tele. La jueza inicia el fallo diciendo que ambas participantes necesitan medicación pero que ella y todo el equipo de Plus TV dan como ganadora a ¡lady Leito! Quieren invitarla a Química Pura, 3G y Oh! Diosas. Ella, haciendo gala de lo único que le sale bien, ser chinchosa, dice que “tiene su agenda ocupada hasta el 2016” y que “¡sin el arlequín no va a ningún lugar!”
Ante numerito semejante de 48 horas de duración habrá que preguntarse si es el fallo de La Haya o la falla de las Ponce.



lunes, 18 de febrero de 2013

El amor en los tiempos del Feis


A pocos días del infame día del amor y la amistad, una pequeña angustia me persigue cada vez que digito la contraseña para ingresar a mi cuenta de Facebook. Me reto a no entrar para no arruinarme la mañana pero, como es menester en mi vida, fracaso. Solo un ratito, me autoengaño. ¡Y ahí está! una nueva y pública declaración de amor de Sandro para su flaca de turno.

Sandro Palacios Rivas -------> Marita López Escobar


Bebé pechocho, te extraño taaanto, eres mi vida, mi razón de ser y siempre te amaré. Me completas y me llenas de felicidad. Te amoooooo mil”.

Me cago. Y no precisamente de risa. Me invade una ira animal pero intento poner en práctica la milenaria técnica de autocontrol que mamá me enseñó cuando era tan solo una niña ingobernable: contar hasta diez. Cierro los ojos, inhalo profundamente y exhalo despacio. Uno. Cierro los ojos, inhalo profundamente, me rindo y estallo. ¡Rechuchetumadre!. ¿Es acaso absolutamente necesario que el mundo entero se entere de la cantidad exacta de amor que le profesas a tu flaca?. ¿En serio crees que nos importa si la amas mil o mil uno o mil dos?.

Con el vómito atorado aún en la garganta, busco algún cómplice que comprenda y apoye mi furia. Los encuentro, como tenía que ser, entre mi cada vez más reducido grupo de amigos. Me alegra saber que otros comparten mi desprecio por los
narciso-exhibicionistas necesitados patológicamente de ventilar sus apapachos y demás intimidades. M
e complace saber que no estoy sola, que gozo de apoyo y que mi temor de ser la única persona capaz de odiar a gente feliz es infundado. Hay más como yo.

Unilateral y arbitrariamente dictamino que si Sandro y los de su especie, dicen algo que yo no podría decir ni después de haber libado todas las existencias de tequila de Jalisco, el problema es grave. Gravísimo. No importa si provengo de una familia disfuncional donde las chicas apenas casadas y aún enfundadas en lindísimos vestidos de novia son capaces de gritarle al esposo que lo odian y a su puta familia, de pasadita, también. Menos importa si esa misma familia todos los 24 de diciembre adelanta media hora el reloj porque para las 11:30 de la noche ya comió, ya chupó, ya entregó todos los regalos y ya no se soporta un minuto más junta. No. No importa.

Decididamente Sandro tiene un problema y descubro que tengo el deber moral de ofrecerle mi ayuda. Decido actuar en consecuencia y emprendo una cruzada particular. Para llevarla a cabo, contacto con un amigo psicoanalista que vive y trabaja en Buenos Aires. Le pido el inmenso favor de desasnarme en el tema y que intente ilustrarme en las posibles causas y móviles que motivarían a un hombre enamorado a abandonar el decoro y sin ningún tipo de tabú descubrirse a vista y paciencia de una comunidad por demás fisgona y narcisa. Deliberadamente oculto que odio a Sandro con todo mi corazón de peluche, que reprimo unas ganas enfermizas de insultarlo allí mismo, en su amoroso muro, que secretamente deseo que un cocodrilo le mastique la cara y que está a una más de ganarse el siempre humillante unfriend.

Así es como llego a Buenos Aires, y una preciosa y soleada  mañana de octubre me reúno con el profesional en un café del barrio de Belgrano. Ha tenido el gesto amable de salir de su consultorio para prestar atención a mis dudas tendenciosas y mal intencionadas. Es grandote y lleva barba. Tiene un vozarrón intimidante pero al verme, dice: “Yo también los odio”. Sonrío. Inmediatamente sé que nos llevaremos bien.

Mientras engullo una cantidad casi letal de medialunas escucho atenta a mi interlocutor elucubrar diferentes teorías sobre el tema, tomo notas y deseo haber sido en alguna vida pasada una sexy taquígrafa.

Entre conceptos como intolerancia a la ausencia, voracidad, posesión, incapacidad de desligarse, la catástrofe como resultado de la espera, atemporalidad e inmediatez, uno llama poderosamente mi atención: Esfinterización Mental. La mente como esfínter. ¡Chucha!. ¡Bingo!. Sonrío nuevamente. Estaba en lo cierto y empachada de orgullo y medialunas me tomo la libertad de emitir un diagnóstico. Mi amigo Sandro sufre de Nula Controlabilidad del Esfínter Mental. ZMSC por sus siglas en inglés. La nueva pandemia, incubada, transmitida y viralizada en esta, cada día más insoportable, vida virtual.

En pocas y más sencillas palabras: Sandro es incapaz de cerrar el agujero que tiene en la cara. Problemilla que no deja de sorprender o preocupar, porque sus papis hicieron un excelente trabajo al entrenarlo para dejar los pañales. Aprendió a aguantar y ajustar como los machos hasta encontrar el primer baño disponible.

Sin haber sufrido grandes traumas en su niñez, hoy es un adulto exitoso y funcional que no anda cagándose en las reuniones de negocios a las que asiste sin falta. Tampoco se caga en la disco de moda ni en la playa.

Es perfectamente consciente de que hay cosas que se hacen en privado por el bien de todos. Como mucho lanzará uno que otro pedo cuando sabe que puede echarle la culpa a otro. Pero, ¿quién no lo ha hecho alguna vez?.
En líneas generales, Sandro es un tipo in control. In control de su vida y sus esfínteres. Menos uno, lastimosamente.
Con el diagnóstico ya confirmado y para ayudarte a determinar si lo que necesitas para superar esta neo-patología es, psicoanálisis, algún grupo de apoyo, terapia de electroshock, fármacos, curas de sueño, hipnosis, alineación de chacras, pasada de cuy, baños de florecimiento o lo que chucha sea; debes responder básicamente una pregunta. Dinos, Sandro, por el amor de Dios, ¿si puedes esperar llegar a casa para cagar porque no puedes esperar llegar a casa para amar?